Dicen
en mi tierra que: “Cuando el Diablo no tiene nada que hacer con el
rabo mata moscas”. Más o menos eso me pasa a mi a veces. Resulta
que uso un televisor TDT como monitor de mi último ordenador
restaurado, y resulta que en la habitación (guarida) donde tengo
instalada mi fabulosa red informática no hay toma para conectar con
la antena exterior.
La
verdad es que aunque los actuales programas de T.V. no me llaman
mucho la atención, me resulta algo fastidioso tener un televisor en
la habitación y que este no se pueda usar como tal por no tener
acceso a la antena exterior.
Esta
mañana después de tomar café pregunte en varias tiendas de la
población el precio de de una antena interior: Me informaron que en
ese momento no disponían de ninguna y que el precio por una de ellas
según características oscilaba entre los 25 y lo 58 “pavos”,
además lo más inquietante es que los dependientes me informaron que
la señal de T.V. en el centro de la población era muy inestable,
por lo que no me aseguraban al 100% de que el cacharro resultara
eficaz.
Como
la idea de ponerme a hacer agujeros y ponerme a instalar canaletas de
plástico para pasar el cable de antena no me seducía. Pensé en
la construcción de un dipolo de media onda en polarización
horizontal haber que pasaba. Sin mucha esperanza construí un dipolo
de 12 cm de rama utilizando una “clema eléctrica” como aislante
central y cable rígido de 1 mm de sección de los utilizados en las
instalaciones eléctricas. El caso es que enchufo la antena al
televisor utilizando un cable coaxial de 75 ohmios y un conector
coaxial macho y ¡sorpresa, sorpresa! El televisor empieza a
funcionar.
Con
la ayuda del televisor compruebo varios canales y mido la intensidad
de la señal que entrega la antena, la cosa esta algo escasa pero
pitar, pita.
Mientras
como la paella, pienso: ¿y si le pusiera algún tipo de reflector
detrás del dipolo para intentar subir la ganancia de la antena?.
Así que después de comer construyo un chapucero bastidor de alambre
y lo forro de papel de aluminio. Instalo el artilugio con ayuda de
bridas de plástico y cinta aislante. Oriento la antena y ¡voila!
Mido señal y en algunos canales, que con el dipolo “a pelo”
había un 10% de intensidad de señal la intensidad sube hasta un
estable 42% . En los canales en los que había un 68% la “cosa”
sube hasta un ¡98%!.
El
conjunto en cuanto a estética queda algo patético, pero pitar,
pita. No se, a lo mejor me animo e instalo algunos directores de
señal, pero como la tele de momento se ve, dejo el “experimento
con gaseosa” para mañana, o tal vez para pasó.